
Cuentan que en tiempos de la antigüedad había un sabio
que con su sabiduría irritaba al rey del lugar.
Entonces el rey fue a conocerlo. Cuando lo vio, lo primero que le preguntó fue:
"¿Cuántos años tienes?" (por aquello de que la sabiduría tiene que ver con la edad).
A lo que el sabio respondió: "No sé".
Esto puso al rey fuera de sí porque interpretó que el sabio estaba riéndose de él.
Entonces gritó:"¡Cómo que no sabes cuantos años tienes!!!! ¿Te estás burlando de mí?".
A lo que el sabio respondió serenamente:"No, señor.
Los años que tengo son para mí los que me falta vivir y no los que he vivido,
los que he vivido ya no los tengo, por lo tanto, no sé cuantos años tengo."
(en todo caso cumplí 23)